Qué es una dieta de recuperación TCA y cómo puede ayudarte a sanar

Cuando estás en proceso de recuperación de un trastorno de la conducta alimentaria (como la Anorexia Nerviosa, la Bulimia Nerviosa, Trastornos por Atracones u otros), lo que comes importa, sí. Pero no se trata de seguir una “dieta ” en el sentido habitual, como si fuera una lista de normas o un plan rígido para comer bien.

Una dieta de recuperación de TCA tiene un propósito muy distinto: acompañar a tu cuerpo y a tu mente en el proceso de sanar. Es una forma de volver a comer con regularidad, variedad y suficiente cantidad, aunque al principio cueste.

No es una dieta cualquiera

Cuando hablamos de “dieta de recuperación”, muchas personas piensan automáticamente en restricción, control o pérdida de peso. Pero aquí es todo lo contrario. 

Este tipo de alimentación busca romper con la lógica de las dietas, esa que tanto daño ha hecho, y empezar a reconstruir una relación más segura con la comida.

Cada persona tiene un punto de partida distinto. A veces, el cuerpo está desnutrido y necesita recuperar energía. Otras veces, hay miedo a ciertos alimentos, reglas muy arraigadas o patrones de atracones. Por eso, lo que se propone, en las primeras etapas de la recuperación es un menú cerrado que respeta tu historia y tu momento y poco a poco, el objetivo es siempre ir aumentando la flexibilidad y la libertad alimentaria, para mi, en una dieta de recuperación de TCA lo esencial es que la salud o vida de la persona no corra peligro.

También crearemos estrategias para ir trabajando y dejando las conductas compensatorias.

Comer lo suficiente, con regularidad y sin miedo

Uno de los objetivos clave es reaprender a comer de forma regular y suficiente. Eso significa volver a tener horarios, incluir todos los grupos de alimentos y romper poco a poco con las prohibiciones que han estado marcando tus decisiones.

Y sí, a veces el cuerpo necesita más cantidad de la que crees. Porque ha estado mucho tiempo sin recibir lo que necesita. No es exceso, es reparación.

En este tipo de casos, como dietista también trabajo el miedo a ciertos alimentos: pan, pasta, aceite, dulces… No son enemigos. Son parte de una alimentación completa, y recuperar tu relación con ellos es parte fundamental del proceso.

Sanar también es emocional

Recuperarse de un TCA es mucho más que empezar a comer más y mejor. Es un trabajo arduo a nivel emocional. Porque implica aprender a trabajar con las emociones que aparecen: miedo, culpa, ansiedad, autoexigencia… 

Por eso, en la recuperación de una TCA la alimentación no va sola, sino que suele formar parte de un proceso terapéutico más amplio junto a un equipo multidisciplinar, como psicólogos y/o psiquiatras, dietistas especializas en TCA e incluso otros profesionales de la salud. 

Y si te encuentras en este proceso, no te agobies. No se trata de hacerlo perfecto, ni de avanzar a la misma velocidad siempre. Se trata de crear una base segura sobre la que puedas construir una nueva forma de relacionarte con la comida y contigo.

Un proceso que merece cuidado

Volver a comer no es fácil cuando llevas tanto tiempo peleando con la comida. Lo sé. Pero no estás solo. La dieta de recuperación no es una imposición, es un apoyo. Un paso más hacia una vida con menos miedo, menos culpa y más libertad.

Si estás en ese camino o te lo estás planteando, puedes contar conmigo. Porque sí se puede sanar, y con la ayuda correcta tu relación con la comida puede dejar de doler.

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